Ya han vuelto a la carga.
A intentar meternos miedo,
A fortalecer nuestro silencio.
A animarnos a vivir escondidos y aterrados,
A tender a desconfiar los unos de los otros; en vez de tendernos la mano.
No hay respuesta correcta ante estos brutales ataques:
Nuestro odio les alimenta el ego,
Nuestras lágrimas les dan risa,
Nuestra compasión les resulta incomprensible,
No hay manera de vencer a estos seres insensibles.
Su objetivo es destruirnos,
¿Su método? Dividirnos.
Hay que demostrarles que NO somos como ellos,
que nos NEGAMOS a convertirnos en los peones de su juego.
Que NUNCA haremos del miedo y la tiranía una parte de nuestro cuerpo.
Parece que se les ha pasado por el alto,
que ya nos enfrentamos a otra basura fanatista en otro tiempo pasado.
Y salimos vencedores, arrimando hombro y luchando desde nuestros corazones.
Ese espíritu se fue trasmitiendo a las generaciones siguientes.
Ha llegado el momento de coger al toro por los cuernos,
de ser valientes y dar un paso al frente.
“La paz del mundo no exige que cada hombre ame a su prójimo; solamente que ambos vivan juntos, tolerándose mutuamente, sometiendo sus disputas a un arreglo justo y pacífico” – John F. Kennedy